Afrodita

Afrodita volvió a apoderarse de mi
Hoy su esencia en mí se ha prendido fuego
Necesito de tu cuerpo para expresarme
Necesito poder besarte
Se mi lienzo
Yo te abundo
pintura
Quiero que me dejes recostarme y que
empieces a, incontrolablemente, besarme

Cuerpos azules
se dan amor
en horas donde el sol
se concentra y se torna
fuerte

Cuerpos azules
por las cortinas
la adrenalina sube más y más
y el tiempo, para

Entretenerse,
no atienden a los pedidos
sólo al fervor
de los cuerpos unidos

Nos hemos equivocado. Todos. ¿Siempre pensaron en que esta es la única vida? Siempre pensaron que quizá después de esta hay otra, o revuelos como estos. Adivinen qué: hay tres vidas. En la misma linea de la vida misma. Primera: a la que pertenecemos más tiempo, de nuestras horas. A la que estamos acostumbrados normalmente. En esta vida donde culmina los variados sentimientos. En esta vida donde hacemos guerra y hacemos amor continuamente. ¿La segunda? La espiritual. No todos la ven, no todos la sienten, no todos la creen. Cuesta creerla si permaneces todo tu tiempo en la primera vida. Aquí nos abrimos totalmente de mente y somos un ser iluminado que explora su cavidad interior sentimental, psicológico e interno. Y el tercero, es comúnmente hablado y/o visto de forma externa. El océano. Aunque también entra todo lo que incluya naturaleza, pero, ¿se detuvieron a observar el océano? Grande y azul. Inmenso y azul. No. No sólo es azul. Mantos de colores y distintas gamas cubren su interior. Con seres que al parecer vuelan bajo el agua. Seres que cambian su persona externa. Seres que emigran, seres que investigan, seres de diferentes tipos. 

   Hoy mi alma y mi mente está conectada con Frida. Me gustaría soñarla esta noche.
   Veo videos y siento una energía, la veo como una gran y fuerte energía.
   Leo sus escritos, admiro sus pinturas, admiro su persona.

"El ser humano está condenado a ser feliz"

Todos merecemos ser felices. Con las personas que queremos, con nuestros estilos de vida, nuestras ideologías y demás. Pero que esa frase suene en mi cabeza repetitivamente me hace pensar, y pienso en la palabra condenado. ¿Estamos condenados a ser felices? Como si fuese un castigo, todo ser humano busca ser feliz, hasta ellos que no la buscan quieren serlo porque sin buscarla esa misma es su felicidad.
Hay personas que para ser felices prefieren condenarse con trabajos que no quieren realizar, vivir sus vidas a la merced de otros, no luchan por sus ideas y metas. Simplemente otras se enfocan tanto en la búsqueda de la felicidad que se pierden en el camino. Quizás lo mencione alguna vez, tiene que existir un equilibrio para muchos aspectos de la vida. Aunque, pensandolo, que se rompa ese equilibrio algunas veces no está mal, ya que te permiten obtener errores como "abusos de felicidad". 

Igual, después de todo, ¿quién dice qué está bien o qué está mal? Cada ser humano debe intentar tener una vida que lo haga sentir pleno, mientras tanto no perjudique a los demás.

Ahí y un poquito más atrás, sobre la mesa, es donde suelo pasar últimamente, sentada, un par de horas algunas tardes de mis días. Ahí es donde muchas veces me encuentro con el ocurrente sol que entra por la ventana, ese sol casi anaranjado que pinta el comedor de vida y todo es más vívido. No sólo encuentro al sol, me encuentro a mí. A mí escuchando música, dibujando, leyendo, merendando. A veces en compañía. Una persona o mi yo interior. Ahí me encuentro a mi misma, lo que tengo dentro. Y la mayoría de las veces lo vuelco en un dibujo.

 Suena Bob Marley. Me imagino la playa de noche, la paz oscura intensa que no es necesariamente la muerte. Me traslado usando mi mente como vehículo y vuelo. Veo a todos. Veo la sociedad. Veo los campos y los bosques. Veo guerras, veo paz, veo amor y odio. Veo discusiones y abrazos. Veo la cara más bonita del mundo, me traslado a un campo de flores y vivo en una nube. Vuelvo a ver a todos. Nadie busca el cambio. Otros la quieren pero no intentan y los que intentan, son pocos.
Cierro los ojos. Camino sobre piedras flotantes, lagunas, ríos y mares. Un tronco me sirve como escalera para subirme a las ramas de un árbol y de ella subirme a lo más alto. Abro los ojos y contemplo todo. La luz, el sol. Lo puro, el agua. Lo salvaje, la naturaleza.

Toco tu boca

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta con cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. 
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca, y los ojos se agrandan, se acercan entre si, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua con los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua" 
Cortázar.

6:37 am. Rosa abre sus ojos por primera vez en el día, parpadea un par de veces y se dirige hacia el baño que, por suerte, esta al lado del dormitorio. Lava su cara, la seca y se pone sus lentes. Camina 10 pasos y llega a la cocina, donde todo esta oscuro pero a la vez entran pequeños rayitos de sol de una primavera recién nacida. Abre las ventanas, despierta a las cortinas y mira los portaretratos, como todos los días, aquéllos portaretratos que contienen fotos, recuerdos que no se dejan salir.
Prepara su té y cuando ya esta listo se dirige hacia el patio, donde encima de la mesa apoya su frasco de mermelada de frutilla y sus galletas. Mira el cielo, respira el aire puro de la mañana y se pierde en lo celeste.

7:30 am. Rosa se da una ducha de agua tibia. Sale, se mira al espejo y se contempla después de tantos años. Se viste, se peina y aplica un par de gotitas de aquel perfume que quedaba detrás de las pomadas, cremas, curitas y peines.

8:05 am. Rosa recoge limones del limonero y los pone en una bolsa.
Con canasto de compra en manos, llaves y dinero, sale a comprar. "¿Llovera?" Se pregunta. Cierra la puerta y toca timbre en la casa vecina, donde vive Cata. Ambas se saludan amorosamente, Rosa le da los limones y Cata agradece.
Rosa emprende su camino hacia la almacén:
- huevos
- leche
- mermelada
- pan
Verduleria:
- acelga
- tomate
- narnajas
Eso decía la lista que redactó anoche antes de dormir.

8:30am "Historia de amor"
Rosa iba caminando cuando de repente su mirada choca con otros ojos. Sintió algo. Corrió la mirada. Sintio la adrenalina pasar por su cuerpo, eso que hace mucho no le pasaba.
1969: Joven Rosa conocía a Juan. Se habían enamorado tan fuerte como un huracán, tan grande como el mundo. Recordó aquellas veces en que lo besaba, se besaban, y como se sentía. Recordó sus caricias. Recordó el sentimiento. Recordó el adiós de Juan, recordó el viaje que todo lo cambió. Juan se iba por trabajo y no soportaba tener que irse con un sentimiento tan profundo. Irse dejando a lo que le hacia feliz. Entonces decidió irse dejando a alguien por la cual amaba pero debía olvidarse.

Juan no la reconoció. Se veía viejo, cansado, agotado, devastado. Rosa se sintió viva.

22:37 pm. Rosa se acuesta, deja sus lentes en la mesita de luz y comienza a vivir en sus sueños el pasado.

Sos mi ingrediente favorito. Me gusta como se combinan nuestros labios, como se mezclan nuestras lenguas. Me gusta como se mezclan nuestros ojos cuando nos miramos, como siento que tu mirada me penetra hasta llegar a mis ojos y llenarme de amor. Un amor de color rojo, pasión, fuerte, fuego. Me gusta como se mezclan nuestros corazones o cuando tus manos se inundan en las mías. Cuando tus palabras son mis oídos.

Cuando leo la palabra 'vida' se me vienen muchas cosas a la cabeza: una multitud de personas, una ciudad, un árbol, un bosque, música, gente bailando, gente cantando, un bebe llorando, una pareja besándose, un abrazo. 

Me vino a visitar el nudo en la garganta. 

A veces me pregunto qué tiene la gente en la cabeza. 

Quiero hablar con alguien y no hay nadie. 

Me acompaña la música.

A veces estoy cansada de que me crean tan débil. Yo sé que soy fuerte, sé que puedo decir lo que pienso, sé que puedo defenderme. Pero me falta tanta confianza, me siento tan insegura, ¿cómo alguien no me puede ver débil? Soy carnada fácil. Vos podes decirme lo que quieras, yo me voy a sentir mal, voy a llorar. No me gusta que me critiquen, no puedo soportar la idea de que me digan qué hago mal. Prefiero reconocerlo yo y ir cambiándolo yo. (No me gusta ser así, no me gusta que los demás puedan encontrarme los defectos y aceptarlo). Pero también duele. A veces duele de la forma en la que te las dicen. Sé que nadie es perfecto pero uno tiene que darse cuenta que daño le haces al otro.

Otra cosa que quiero mencionar, porque sí, es mi inseguridad. Yo alguna vez dije: Si no confío en mí, no puedo confiar en vos. Y creo que era más porque no confiaba directamente en esa persona. Es más, confiaba más en mi que en esa persona, pero de algún modo, el día de hoy, cuando pienso en eso que dije y lo relaciono con las personas que día a día están conmigo, me doy cuenta que nunca termino de confiar en las personas, y no me parece muy malo. La gente es una mierda, cada día es más falsa, más mentirosa, le enferma la plata y inventan boludeces porque no tienen vida.

Un día estaba en el kiosco del colegio, y al lado mío había una chica un año más grande que yo, me acuerdo que automáticamente me sentí tan insegura de mí, tan fea, tan idiota, que bajé la cabeza. Tenía vergüenza de que alguien me mire. Tenía vergüenza de mi voz, de mi cuerpo, de como me quedaba la ropa y demás. A veces pienso que es raro en mí sentirme así por lo de afuera, es decir, yo me siento mal porque veo que otras son más lindas que yo. Y yo tengo bien claro que la belleza está por dentro. Se me es muy difícil explicar.
A veces nos dejamos llevar tanto por las apariencias...

Día a día trato de ser mejor persona, siempre digo que quiero que me recuerden como a mi papá. No sé que tan bueno era como para que todos digan, "no sabes lo que era tu papá, un amor". Pero esto me sale de adentro, no lo hago porque quiero quedar bien y ser buena y en realidad ser falsa.

Supongo que no sé que más escribir, pero esto obviamente no termina acá.

Recién terminé de leer el libro Abzurdah de Cielo Latini. No sé porqué estoy escribiendo esto pero tenía ganas de escribir en algún lugar que me siento vacía. Es el típico sentimiento de que cuando terminás de leer un libro, sentís que ya no no sabes que hacer. Este libro me llevó bastantes meses leerlo, primero porque no lo leía muy seguido, porque a veces no tenía tiempo ni ganas y segundo que es un poco largo. Lo leí por internet, si lo hubiera tenido el libro, seguro lo hubiera terminado hace bastante tiempo, pero no sé, creo que cada cosa es como es por algo, todo pasa por algo. Bah, sinceramente creo en muchas cosas. Creo que algunas cosas son y pasan por algo y otras por casualidad. Creo que muchas de estas "casualidades" las creamos nosotros, para hacernos felices o tristes. Como cuando estamos mal por algo y pones una canción para hacernos sentir peor, para poder llorar, sentirnos solos y poder descargarse de alguna manera. También cuando estamos felices hacemos más cosas para sentirnos felices, no sé, por ejemplo, si seguimos con el tema de la música escuchamos alguna canción que nos haga sentir felices, o recordar buenos momentos.Sino hacemos algunas acciones que nos hagan sentir felices por dentro. ¿Cómo llegué a hablar de esto si empecé con que terminé de leer un libro? Últimamente necesito leer mucho, además de que me encante, necesito algo que me motive, y me motiva leer. Sentarme y leer. Estar acostada y leer. Deseo la hora en la que llego a casa y me ponga a leer algo. Necesito sentirme identificada con algo. A veces, como hoy, tengo ganas de comprarme un diario íntimo, no porque tenga muchas cosas íntimas que contar o porque esté pasando algún problema muy grande, sino porque tengo muchas ganas de escribir. Estoy en cualquier lugar y me dan ganas de describir como si fuera la mejor escritora de todo el mundo lo que estoy viendo, los sentimientos que estoy sintiendo y/o los sentimientos que creo ver en los demás. Me dan ganas de sacar un lápiz y un papel y empezar a redactar.
Este año siento que cambié demasiado, internamente, mi cabeza, mis pensamientos, la forma de ver las cosas. Pero creo que a mí la palabra "amor", más que nada el sentimiento, me cambia en muchos aspectos. Me cambió. No sé como explicarme, no sé como alguien me puede entender. La entrada que había subido no me acuerdo si fue hace más de un mes o qué, sobre la libertad (que sinceramente la odio pero prefiero dejarla ahí porque algo me dice que no tengo que borrar todo lo que detesto), es una pequeña parte de lo que quiero explicar sobre como estuve pensando y sintiéndome desde hace un tiempito.

Hoy, miércoles 17 de octubre de 2012 a las 14:57 me encuentro escribiendo esto que quizás el día de mañana lo lea y diga: "¿En qué estaba pensando? ¿Qué se me pasaba por la cabeza? ¡Que idiota que era!" Y lo borre. Porque soy una persona que cree que algunos recuerdos del pasado hay que borrarlos si nos hacen mal. Otros los dejo porque a veces me gusta sentirme con melancolía, nostalgia y tristeza. Creo mucho en el presente. Y también en el futuro. Soy muy soñadora e imagino mi vida, mis relaciones, mis gustos y lo que será de mi el día de mañana. Si voy a cumplir lo que hoy sueño, si mis deseos se hacen realidad, o si voy a ser la persona más triste del mundo. No sé, por eso, creo que desde hace un tiempo soy Rocío y me estoy conociendo, tratando de esciribir lo que siento y expresar mis sentimientos para poder descargarme, explayarme y ser quien quiero ser. No sé si todo esto tiene snetido alguno pero bueno, este no es el final, simplemente termino de escribir, pongo publicar y sigo con mi vida.

Nono, todavía creo que estás acá, que estás en tu casa, en estos momentos descansando. Todavía creo que estás tomando tu Vermut, comiendo algo... 

No sé porque pero yo ya lo presentía, desde hace un tiempito, me ponía a pensar cuándo sería tu momento, y no por maldad ni por ganas de que te vayas, simplemente se me venía a la cabeza. 

Te voy a extrañar muchísimo. Nunca te voy a olvidar. Nunca voy a olvidar tus ojos, tu mirada... Nunca voy a olvidar tu voz, ni tus palabras. Nunca me voy a olvidar cuando me traías algo que habías cocinado y me decías "¿Te gusta? Lo hice yo". Nunca voy a olvidar cuando te sentabas en el fondo, y empezabas a tocar la armónica para que te escuchemos y vayamos, para que te aplaudamos al final, para que estemos reunidos. 

Se muy bien cuánto nos amabas a todos y a cada uno. Se que amabas que estemos todos reunidos, amabas la familia. Se que en el momento que me dabas algo de lo que hacías, alguna comida, era muestra de afecto, porque así eras vos. Demostrabas tu amor de formas muy particulares. Tus abrazos jamás los voy a olvidar, tampoco cuando te despertabas temprano en la mañana, cuando me quedaba a dormir y me decías, "A vos te gusta dormir acá ¿no?" Y yo obviamente te decía que sí porque realmente dormir ahí es mi segunda casa. 

Gracias nono por tu simple existencia, gracias por ser como fuiste, un hombre trabajador. Me acuerdo que siempre me decías "Yo trabajaba en la montaña..." y yo me imaginaba, tus días en Italia, tu niñez, cuando te casaste con la Nona, cuando se vinieron acá, y como trabajaste para mantener a tu familia. 

Personas como vos nunca se olvidan. Te amo muchísimo, para siempre. 

La vida no es como las películas. Una chica no se pone de novia con el chico que le ayudo a levantar las bolsas del supermercado que se le cayeron, del cual se había enamorado inmediatamente. No siempre hay finales felices.
Soy la típica chica boluda, cursi, de 15 años, que sueña todo el tiempo, la que vive ilusionada, y a la que una vez la boludearon y la pasan por encima. Soy ese tipo de chicas que quiere tener romances como en las películas con la música de fondo, o las velas prendidas. Soy de esas que cuando llora se imagina que alguien la viene a salvar y le da un beso sanador. Me considero prácticamente una pelotuda. Cualquier persona que lea esto debe estar pensando que lo soy. Y deben tener razón. Hoy en día creo que creo en esto porque no tengo muchas esperanzas. Creo que a mi me basta con que me desilusionen una vez como para pensar, o creer que me di cuenta que el amor es cruel. ¿Por qué estoy tan pendiente del amor? ¿Por qué casi todos mis textos hablan de esto o tienen como centro este sentimiento? ¿Tan fuerte es lo que produce en mí el bichito del amor? Que tonta soy. Tengo que dejar de creer en estas cosas, en ese amor eterno.

Caminaban alrededor de la playa, intercambiando besos y palabras. Olas nacían y olas morían. Se tomaban de la mano, se reían y callaban. Ella tenía unos ojos miel que brillaban con el sol de ese atardecer. Él tenía unos ojos castaños, casi verdes, la agarraba de la cintura y le besaba su boca. Casi inseparables, pero independientes. 

Seis meses después éstos eran muy buenos recuerdos... para llorar. ¿Por qué tenía que acabar? El invierno la invitaba a los cafés en su sillón para ahogarse en sus llantos. La persona con los ojos más hermosos que alguna vez pudo amar se fue muy lejos. ¿Por qué sentía el abandono como si fuera un gran pozo y ella estuviera ahí, sin que nadie la pudiera salvar? Se fue lejos, si. Quizás a otro continente, pero las ganas de ser libre y no depender de nadie se sentía bien. 

Ella decide ir a caminar. Si lloraba, la acompañaba el viento. 

Y allí se encontraba, sentada debajo de un árbol escribiendo algo que quizás pasó en alguna vida, en algún corazón. Tratando de encontrarse a si misma. Fue en ese momento cuando levantó la mirada y se encontraba un chico que logró llamar su sensible corazón... ¿podré alguna vez enamorarme tanto hasta que el mundo lo vea de todos colores? Pensó. 

Me dicen desconfiada, pero no te dejan creer. Soy vulnerable, sensible. Me dejaste caer. Me dejé lastimar. No puedo expresar en palabras lo usada que me siento. Ya se que llorar por una persona que no te merece, no vale nada, pero lo que más me duele es que me enamoré. Me enamoré y estoy enamorada. Me duele que no sepan valorar lo que tienen al lado, me duele la falsedad, la mentira. Me duele de alguien en el que me esforcé en creer. Me duele porque se lo fiel que soy y lo que me jurabas, me duele que todavía creo que me queres, que te importo. Y me duele que ya no te creo nada, que si me decís que estás arrepentido, no sé si creerte o qué. Me duele tanto todo. Tengo un agujero en el corazón. Me duele estar en mi casa, en donde pusiste pie. Me duele sentarme en el lugar que te sentaste, estar en los lugares que estuvimos. Pensar en las cosas que me decías. Me duele llorar. Me duele el cuerpo. Estoy temblando.
Me duele que siempre di lo mejor de mí, con mis miedos, mis inseguridades, me duele tanto todo y demasiado. Me duele porque me acuerdo desde el primer día en el que apoyé mi cabeza en tu hombro. Me duele lo feliz que era. Me duele saber que me mentiste. Me duele saber que lloro cuando escribo.
Ya sé que no tengo que llorar y tengo que ser fuerte, pero no puedo. No puedo porque me cuesta demasiado. 
No sé como explicar lo mal que me siento, la bronca y la desilusión que tengo. 
Me duele estar tan confundida.

Una pequeña parte de mi vida... aburrida.

Miro mi celular, son las 19:13 pm. Se podría decir que el sol está empezando a bajar. La temperatura está agradable.

Si miro a mi alrededor estoy en mi terraza, y si miro hacia abajo, no pasa ni una mosca… ¡no hay nadie! De a ratos pasan autos y personas que pasean a sus perros. Acaba de pasar una mujer con zapatillas, ropa deportiva y el pelo atado. Creo que el de al lado es su hijo, está en una bicicleta, ¿será una familia deportista? Ahora pasaron una pareja… eso creo. No estaban de las manos, ni abrazados. Ni se miraban con ternura. Paseaban un perro labrador.

Los árboles de mi vereda son más altos que mi terraza, las ramas y hojas tapan el sol pero éste busca la manera de filtrarse entre ellos y darme un poco de su luz.
Ahí vienen dos señoras, ¿amigas o hermanas?  Están unidas del brazo y hablando.
Ahora no sé que contar… si hablo de mi estoy escuchando Woman de John Lennon y ahora que alzo la vista veo más señoras, todas tienen formas similares de vestirse.

Esta parte del barrio es muy tranquila. Me mudé hace un año y cinco meses, igual me acostumbré demasiado. La tranquilidad es algo que amo por eso vengo mucho a mi terraza, me brinda mucha paz.
Me saqué los auriculares porque me asusté. Estaba escribiendo y una moto apareció de la nada en la vereda. Paró en la casa de al lado, era un delivery.

Los árboles impiden ver el lento atardecer. Me gusta cuando el cielo se torna rosado, es muy, muy inspirador.

En frente está el gato que veo últimamente todas las noches. Es negro y blanco, negro de arriba y blanco de abajo. Aunque prefiero los perros, este gato llama mi atención.

Mientras escribo, una luz anaranjada alumbra la hoja… me gusta. 

Silencio… y el gatito apareció otra vez. 

Si yo soy criminal, tu eres un delicuente, vamos a tirarnos los dos del mismo puente, sin paracaídas de nuestro mundo volando como los hippies cuando están fumando.

Dulce escape.

Era una noche de verano, pero había viento y estaba lloviendo. Por eso, me abrigué y salí. Inmediatamente supe hacia donde dirigirme, ya me había ideado el camino todas las veces que quise escaparme. Seguí derecho. Cuando me choqué con la avenida, doblé a la izquierda y después de eso hice un par de cuadras... luego tenía que doblar a la derecha, estaba a tan solo otras cuadras de la persona que me ayudaría a sobrevivir, de la persona que me secaría las lágrimas y me diría "quedate tranquila". Fue entonces cuando llegué a su casa. Toqué el tiembre, era la 1 de la madrugada, y me pregunté ¿Qué estoy haciendo acá? Rapidamente corrí para que no me vieran pero era tarde porque escuche su voz diciendo mi nombre. Me di vuelta y mi mundo paró. Por un momento olvide que estaba empapada por la lluvia pero no me importó. Camine casi corriendo y le dije "te necesito". Me abrazo y senti que ya todo había pasado.

You never know how much i really love you. You'll never know how much i really care. Listen, do you want to know a secret? Do you promise not to tell? Closer, let me whisper in your ear, say  the words you long to hear i'm in love with you. Listen,  do you want to know a secret? Do you promise not to tell? Closer, let me whisper in your ear, say the words you long to hear.  I'm in love with you. I've know a secret for a week or two. Nobody know just we two. Listen, do you want to know a secret? Do you promise not to tell? Closer, let me whisper in your ear, say the words you long to hear. I'm in love with you.

Quiero enamorarme. Perdida, apasionada y locamente. Y quiero que alguien sienta lo mismo por mi. Quiero estar feliz un buen rato sabiendo que ese alguien me ama, me desea. ¿Está mal? Quiero verlo y que me diga que me ama, que me necesita y que no quiere que nos separemos. Quiero a alguien que sienta lo mismo que yo. Quiero un alma gemela. Una media naranja. O... solo quiero a alguien que le interese. Que me eche el ojo. Quiero a alguien que me sonría cuando hable. Que me defienda. Quiero que ese alguien me abrase y que sintamos mariposas en la panza. Quiero que alguien se me tilde cuando me mira. Quiero que alguien se ponga nervioso cuando estoy cerca. Quiero que ese alguien sea tierno. Quiero ver un rato todo de rosa. 

Repito, ¿está mal? ¿estoy obsesionada con esto?  

Siempre me encontraba en el mismo altillo oscuro. Mi hogar, o en la parte que me veía obligada a estar la mayoría del tiempo por causa de mi soledad. Allí aprendí absolutamente nada, pues hacía lo que tenía que hacer, nada. Me divertía bailando con mi sombra y cantando frente al espejo. Cantaba y bailaba, conmigo misma. Algunas veces jugaba con mi pelo y mis lágrimas para poder dormirme y otras veces dormía para no jugar más.
Lo que nunca entendí de mi altillo, es porqué nunca entraba al aire, o el sol. Siempre traté de mantenerlo abierto, pero se sentía como si fuera mi corazón, oscuro como lo está, jugando con el mismo, o yo misma. Tratando de no llorar.

En un recuadro, una mujer de aspecto joven aunque de edad mayor. Una piel blanca pálida, que resalataba en contraste con el oscuro bosque. Su cara de espanto, grito. En su pecho, una mancha. Una mancha de sangre.